Joaquín Antonio Balaguer Ricardo (1 de septiembre de 1906 –
14 de julio de 2002) fue un abogado, escritor, y político dominicano que
gobernó la República Dominicana en los periodos 1960-1962, 1966-1978 y
1986-1996. Su personalidad enigmática y llena de secretismo heredado de la Era
de Trujillo, así como su afán de perpetuarse en el poder por medio de dudosas
elecciones y mediante el empleo de terrorismo de Estado, le ganó el mote de
caudillo. Su régimen causó millares de muertes y desapariciones forzadas.
Fomentó el desarrollo de la infraestructura urbana del país mediante la
construcción, avenidas y edificaciones; el Faro a Colón es uno de los
monumentos más relevantes construidos en su gobierno.
Balaguer compartió el Premio Nacional de Literatura de 1990
con su rival político y también escritor Juan Bosch.
Antecedentes
políticos
Balaguer comenzó su carrera política en 1930 (antes de que
Trujillo tomara el control del gobierno), cuando fue nombrado Fiscal. Más tarde
se inscribe en el Partido Dominicano y así pasó a formar parte del círculo de
los colaboradores cercanos del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
Durante la Era de Trujillo se desempeñó como Secretario de la
Legación Dominicana en Madrid (1932-1935), Subsecretario de la Presidencia
(1936), Subsecretario de Relaciones Exteriores (1937), Embajador Extraordinario
en Colombia y Ecuador (1940-43 y 1943-47), Embajador en México (1947-1949),
Secretario de Educación (1949-1955), y Secretario de Estado de Relaciones
Exteriores (1955-57).
Primer
mandato presidencial (1960-1962)
Cuando Trujillo dispuso que su hermano Héctor Bienvenido
fuera reelegido a la presidencia en 1957, optó por Balaguer como
vice-presidente. Tres años más tarde, cuando la Organización de los Estados
Americanos (OEA) convenció al dictador de que no era apropiado tener a un
miembro de su familia como presidente, Trujillo obligó a su hermano a
renunciar, y Balaguer le sucedió en el cargo. Sin embargo, Balaguer no tenía
prácticamente ningún poder, y fue considerado como un mero títere de Trujillo.
Cuando Trujillo fue asesinado en 1961 y a pesar de haber sido
durante mucho tiempo colaborador del dictador, Balaguer tomó medidas para
liberar al país del régimen con la concesión de algunas libertades civiles y
suavizando la estricta censura a que Trujillo tenía sometida la prensa. La OEA
se mostró satisfecha y levantó las sanciones económicas impuestas a la
República Dominicana, debido al intento de asesinato que Trujillo tramó en
contra del presidente venezolano Rómulo Betancourt. Sin embargo, las reformas
provisionales de Balaguer fueron rechazadas por gran parte de la sociedad, ya
que era presionado por la derecha, por los militares, por la izquierda, por la
oposición, era abucheado en las calles por la ciudadanía y llamado entre otras
cosas muñequito de papel.
Debido a la presión ejercida por la Unión Cívica Nacional, un
Consejo de Estado creado después de la muerte de Trujillo. Balaguer sólo retuvo
el poder hasta 16 de enero de 1962. Un golpe de Estado militar, dirigido por el
jefe de la fuerza aérea Pedro Rodríguez Echavarría, lo obligó a exiliarse en
Nueva York y Puerto Rico.
Segundo
mandato presidencial (1966-1978), "Los doce años"
Balaguer encontró una nación severamente golpeada por décadas
de turbulencia, con tiempos cortos de paz, y prácticamente ignorantes de la
democracia y los derechos humanos. Durante su campaña electoral solía dirigir
sus mensajes propagandísticos a la mujer dominicana y al campesino, tratando de
atar a su proyecto político personal las fracciones más conservadoras de estos
sectores sociales.
Balaguer trató de apaciguar a los supervivientes
antitrujillistas y a los de la guerra civil de 1965, pero los asesinatos
políticos continuaron siendo frecuentes durante su administración. Tuvo éxito
en parte la rehabilitación de las finanzas públicas, que estaban en un estado
caótico, e impulsó un modesto programa de desarrollo económico.
Durante los tres primeros meses de instalado su segundo
gobierno, la Asociación Dominicana de Derechos Humanos, declaró que había
recibido quejas. Con la anuencia de sectores del gobierno se inició en el país
la "Operación Chapeo" con la finalidad de exterminar los remanentes
izquierdistas sobrevivientes al conflicto de abril del 65.
En noviembre de 1969 un grupo de mujeres anunció la formación
del Comité de madres, esposas y familiares de los muertos y desaparecidos,
donde dieron a conocer un listado de muertos y desaparecidos, y revelaron que
en los tres primeros años del gobierno, 366 personas fueron muertas o desaparecidas
por causas políticas.
Con la abstención electoral del Partido Revolucionario
Dominicano, debido a la represión política y a la participación de las Fuerzas
Armadas en las actividades proselitistas, Balaguer fue reelegido para el periodo
1970-1974.
El 1 de enero de 1971 designó al general Enrique Pérez y
Pérez como jefe de la Policía Nacional. Varias semanas después hizo su
aparición en las calles de Santo Domingo un grupo autodenominado Frente
Democrático Anticomunista y Antiterrorista, mejor conocido como La Banda
Colorá, un grupo de jóvenes reclutados por el gobierno de Balaguer con fines de
represión. Durante esa época fueron asesinados numerosos dirigentes de la
izquierda dominicana.
Durante este segundo mandato de gobierno (conocido
popularmente en la política dominicana simplemente como "los 12
años"), Balaguer incentivó la construcción de escuelas, hospitales,
presas, carreteras, y muchos edificios importantes. Los proyectos también se
utilizaron como medio para recompensar a sus partidarios políticos con
lucrativos contratos de obras públicas, los favorecidos en dichos contratos se
conocen como "los 300 millonarios". También presidió un sistema de
crecimiento económico estable. Sin embargo, su administración pronto desarrolló
un modelo autoritario, a pesar de las garantías constitucionales.
Balaguer se consolidaba según algunos como representante de
la derecha dominicana, iniciando un gobierno caracterizado por la influencia de
Estados Unidos; un gobierno que contribuyó inestimablemente al estado de
subdesarrollo y atraso de la República Dominicana.
La sensación de que en la República Dominicana había un
híbrido de dictadura y democracia, y con más rasgos de la primera que de la
segunda, se reprodujo en las elecciones del 16 de mayo de 1974, cuando el
Partido Revolucionario Dominicano y los otros partidos signatarios del
denominado Acuerdo de Santiago retiraron a su candidato Antonio Guzmán, por
considerar que no se daban las mínimas garantías y como protesta por los
desafueros de los paramilitares balagueristas. En estas circunstancias,
Balaguer sólo compitió con un rival, el contraalmirante Luis Homero Lajara
Burgos, del Partido Popular Demócrata (PPD). Balaguer obtuvo el 84,7% de los
votos, y su partido ganó mayoría en el congreso donde la abstinencia alcanzó el
50%.
Una coyuntura favorable en los precios internacionales del
azúcar, el auge del turismo estadounidense, las inversiones privadas foráneas,
y los programas de obras públicas produjeron una fase de expansión económica,
favoreciendo la emergencia en la sociedad dominicana de clase media. Balaguer
eludió siempre su responsabilidad en los crímenes cometidos por La Banda Colorá
y otras irregularidades vinculadas con las Fuerzas Armadas, siempre achacó la
violencia política a sectores incontrolados del oficialismo y a la subversión
de izquierdas, cuya verdadera fuerza exageró enormemente.
También, incumplió las promesas sobre la reforma agraria, ya
que la pequeña minoría de propietarios autóctonos y las compañías estadounidenses
continuaban poseyendo la mayoría de las tierras cultivables y las de mejor
calidad. Pero cuando anunció su intención de optar a un cuarto mandato
consecutivo en las elecciones del 16 de mayo de 1978, y con un fondo de
deceleración económica, el repudio popular alcanzó tal calibre que la derrota
en las urnas ante el PRD se antojó inevitable. Balaguer se enfrentó a Antonio
Guzmán del Partido Revolucionario Dominicano, pero cuando los resultados
electorales mostraron una tendencia en favor de Guzmán, el ejército detuvo el
conteo. Sin embargo, en medio de enérgicas protestas en el país y una fuerte
presión en el extranjero por parte de Jimmy Carter, el conteo se reanudó.
Cuando se dieron los resultados, Guzmán dio a Balaguer la primera derrota de su
carrera política. Cuando Balaguer dejó el cargo, fue la primera vez en la
historia de la República Dominicana que un presidente en ejercicio
tranquilamente cede el poder a un miembro elegido de la oposición.
Tercer mandato presidencial (1986-1996)
Balaguer se volvió a presentar como candidato en 1986
aprovechándose de una división en el Partido Revolucionario Dominicano para
ganar la presidencia de nuevo después de una ausencia de ocho años, donde
derrotó por escaso margen al candidato por el PRD, Jacobo Majluta. Para
entonces, tenía 80 años y casi ciego por completo (había sufrido de glaucoma
durante muchos años).
El tercer gobierno de Balaguer fue mucho más liberal que el
anterior. En este periodo Balaguer era mucho más tolerante a los partidos de oposición
y los derechos humanos.
Para el 1984, el Partido Reformista se alía con el Partido
Revolucionario Social Cristiano, formando así el Partido Reformista Social
Cristiano (PRSC).
Siguió con sus grandes proyectos de infraestructura, tales
como la construcción de carreteras, puentes, escuelas, proyectos de viviendas y
hospitales. Siguiendo el estilo de Trujillo, estos proyectos de gran
visibilidad eran muy publicitado en los medios de comunicación controlados por
el gobierno y través de grandiosas ceremonias públicas destinadas a mejorar la
popularidad de Balaguer. La economía también mejoró considerablemente.
En este período, Joaquín Balaguer mantuvo una cierta política
de populismo, en lo que se refiere a la entrega de canastas, dinero y otras
"dádivas" al pueblo dominicano con el propósito de gobernar a base de
demagogia. El clientelismo también se manifestó en gran medida.
En 1990, con una abstención del 40%, Balaguer logra
reelegirse con el 35.1% de los votos, contra el 33.9% de Juan Bosch del Partido
de la Liberación Dominicana, y un Partido Revolucionario Dominicano que
mantenía una crisis interna. Este proceso se caracterizó por la expresión de
amplios sectores de la vida política y social, que criticaban la legitimidad de
dichas elecciones, a lo que Balaguer respondió lanzando los militares a la
calle y decretando un toque de queda.
En 1992, para el 500 aniversario de la llegada de Cristóbal
Colón a América y la visita del Papa Juan Pablo II, Balaguer gastó millones en
la restauración de la histórica ciudad colonial de Santo Domingo, para que el
Papa pudiera pasar por ella.
Ese mismo año gastó más de doscientos millones de dólares en
la construcción del controvertido Faro a Colón, un faro de diez pisos en honor
a Colón. Terminado en 1992, el Faro a Colón fue diseñado para transmitir la
imagen de una cruz cristiana en el cielo nocturno y para que sea visible a
decenas de kilómetros. Desde que se terminó, el Faro que supuestamente alberga
los restos de Colón, ha sido una atracción turística de menor importancia. Su
luz no se utiliza muy a menudo debido a los costos de energía y los apagones en
el país. Sin embargo, su simbolismo y el gasto fueron fuente de mucha
controversia.
En enero de 1994 Balaguer decidió optar de nuevo por la
presidencia, incluso cuando ya tenía casi 90 años de edad y ciego por completo.
Esta vez, su principal competidor era José Francisco Peña Gómez del Partido
Revolucionario Dominicano.
Esta campaña fue una de los peores de la historia dominicana.
Balaguer con frecuencia utilizaba la ascendencia haitiana de Peña Gómez a su
favor. El dominicano históricamente tiende a desconfiar de cualquier persona
con sangre haitiana. Por ejemplo, Balaguer llegó a decir que Peña anexionaría
el país con Haití en caso de ganar. Con igual capacidad de maniobra en las
elecciones, se impuso con un 42.3%, contra un PRD que obtuvo el 41.6% de los
votos, donde se asegura que ocurrieron alteraciones de actas y del padrón
electoral en la misma Junta Central Electoral. Peña alegó fraude, y llamó a una
huelga general. Las manifestaciones tuvieron lugar en apoyo a la huelga.
En este periodo se sucedió la misteriosa desaparición del
profesor universitario y activista Narciso González (Narcisazo), un vehemente
crítico de la política de Balaguer. Su desaparición que hasta la fecha es un
misterio, se le atribuyó a Balaguer.
Una investigación posterior reveló que la Junta Electoral no
sabía el número total de votantes registrados, y el resultado en las listas
distribuidas en los colegios electorales no coincidían con las dadas a los
partidos. La investigación también reveló que unas 200.000 personas habían sido
retiradas de las urnas. En medio de tales preguntas sobre la legitimidad de la
encuesta, acordaron celebrar nuevas elecciones en 1996, pero esta vez Balaguer
no sería candidato. En este sentido, cumplió su palabra de poner su cargo a
disposición de la administración estadounidense.
El acuerdo político de los gobernantes, de sectores del poder
fáctico que incluye a la Iglesia Católica, y de los dirigentes de los partidos
políticos, dejaron establecida una reforma constitucional que se hizo el 14 de
agosto de 1994. Este acto de consenso jurídico fue preferido a la anulación
total de las elecciones y fue conocido como "Pacto por la
Democracia".
En las elecciones de 1996, Jacinto Peynado Garrigosa, terminó
muy lejos de llegar a la segunda vuelta. Balaguer entonces dio su apoyo a
Leonel Fernández del Partido de la Liberación Dominicana en una inusual
coalición con Bosch, su enemigo político de más de 30 años.
En las elecciones presidenciales de 2000, Balaguer, a la edad
de 94 años, se postuló por novena y última vez a la Presidencia de la República
Dominicana; pese a las enormes limitaciones físicas debidas a su avanzada edad
y al cúmulo de críticas de sus anteriores gobiernos, logró más del 20% de los
votos, ubicándose en el tercer lugar.
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